miércoles, 27 de octubre de 2010

Las familias de la industria pesquera no pierden.

En diciembre del 2009,Luis Falcone, gerente general de Pesquera Centinela, llegó a un acuerdo con la familia Dyer para hacerse de dos plantas que le pertenecían a Corporación Pesquera Inca (Copeínca). La operación no solo reveló que los socios del grupo Romero están decididos a convertirse en un jugador de peso en el negocio pesquero, sino que activó la segunda fase de la ola de compras de plantas y embarcaciones, cuya primera fase se inició en el 2006 y que culminó dos años después con la consolidación de ocho grandes grupos pesqueros. Aquella no sería la única transacción que realizaría la dupla Romero-Falcone. En junio del 2010 esta volvió a la carga y, tras desembolsar US$12 millones, invirtió US$3 millones más en la compra de Pelagic Investment Group. No contentos con ello, tres meses después desembolsaron US$45 millones
para comprar el 100% de las acciones de Inversiones Alamare. Luego de esas operaciones vinieron otras de similar envergadura, en las que los protagonistas fueron los grupos que no tuvieron una participación tan activa en la ola anterior: la familia Matta y su brazo pesquero Exalmar adquirió tres empresas por US$23,9 millones y Diamante (con el respaldo de la gestora de fondos Enfoca) cerró la compra de Inversiones Gamarra por US$14 millones.En los últimos meses, dos grandes del sector también dieron algunas sorpresas. China Fishery Group compró Pesquera Alejandría por US$95 millones, y los Brescia, a través de Tecnológica de Alimentos (TASA), pagaron US$50 millones por cinco embarcaciones.






RESUMEN: La alsa del precio de la anchoveta(fuente principal,materia prima de la harina de pescado) ha provocado un cambio feroz en la situacion de las industrias de arina de pescado. que los obliga a comprar las plantas a otros como los armadores y algunos bikingos, asi obtener utilidades y poder competir en el mercado internacional.

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